A través de Google Earth o Google Maps podemos viajar sin movernos de delante de la pantalla y es por ello que queremos compartir algunos lugares cuanto menos curiosos a los que díficilmente iremos (aunque nunca se sabe) que hemos ido descubriendo con este programa. Empezaremos con Libia, un país en el que la mayor parte del territorio es inhóspito y monótono. En mitad del desierto del Sáhara podemos encontrar sorpresas como son por ejemplo estas plantaciones con forma de disco de vinilo de 1 km de diámetro. Estos cultivos se riegan con agua del subsuelo porque aunque parezca increible debajo de la arena del desierto existe un lago del tamaño de Alemania. Me llamó la atención como una carretera se internaba en el desierto hacia el sur de Libia y éste era su destino.
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Aunque se piense que el desierto del Sahara es una sucesión de dunas desde el mar Rojo hasta el océano Atlantico, son muchas las formaciones rocosas y montañas que encontramos en su amplia extensión. Sin embargo en el suroeste del país encontramos un mar de dunas de más de 100 kms de longitud en el que no hay más que eso, arena y más arena. Unas dunas que adquieren tal altura que son visibles las sombras que proyecta el sol desde varios kms de altura. La imágen además de bella es una muestra de la inmensidad y lo recóndito del lugar.
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En las próximidades de la capital Trípoli existen tierras fértiles como en muchos lugares del norte de África próximos al Mediterráneo. Sin embargo hay largas extensiones de territorio en los que encontramos la costa y seguidamente el desierto, únicamente interrumpido por la presencia de una carretera costera.
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Y como en todo desierto que se precie encontramos pequeños oasis en mitad de la nada. Aquí tenemos un ejemplo de ellos visto desde el aire. Un mar de dunas y una pequeña laguna rodeada de palmeras.
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